Fecha: febrero 20, 2025
Autor: aliciatp95@gmail.com
Categorías: Ansiedad Etiquetas: aceptaciónycompromiso / ansiedad / herramientas / metáfora / psicología / psicólogos / salud mental / terapia / terapiapsicológica / tips
La ansiedad es una emoción natural que todos experimentamos en distintos momentos de la vida. Sin embargo, cuando se vuelve persistente e intensa, puede limitarnos y hacernos sentir atrapados en una lucha constante contra ella.
En lugar de combatirla o tratar de eliminarla por completo, una manera más saludable de abordarla es aceptar su presencia sin que controle nuestra vida. Para entender mejor este enfoque, te comparto una poderosa metáfora: «El Invitado Indeseado».
Imagina que un día decides dar una fiesta para todos tus amigos.
Coges el teléfono y empiezas a invitar gente.
Quieres que sea una gran fiesta, así que dices: «Todos están invitados».
Llega el gran día. Preparas el lugar y estás emocionado porque pronto verás a todos.
Los invitados comienzan a llegar y la estás pasando bien.
Pero de repente suena el timbre. Piensas: “¿Quién podrá ser? Seguramente me olvidé de alguien”.
Abres la puerta y ahí está Brian, tu vecino.
Brian es una de las personas más molestas que conoces.
Es rudo, gruñón, se queja mucho y no parece preocuparse mucho por la higiene personal.
Es la última persona que querrías en tu fiesta.
Sin embargo, antes de que puedas reaccionar, entra sin siquiera decir hola.
Se acerca a tus invitados y es rudo con ellos.
Se sirve comida y bebida sin pedir permiso.
Y, en general, está arruinando tu fiesta.
Te sientes molesto, avergonzado y frustrado.
Así que te acercas a Brian y le dices: «Quiero que te vayas».
Lo echas de la fiesta.
Sientes alivio.
Vuelves con tus amigos y sigues disfrutando… hasta que suena el timbre de nuevo.
Cuando vas a abrir, Brian ha regresado.
Antes de que puedas detenerlo, entra corriendo otra vez.
Así que lo buscas, lo echas de nuevo, y esta vez decides quedarte en la puerta para asegurarte de que no vuelva a entrar.
Esto funciona… Brian no puede volver a entrar.
Pero hay un problema:
Tú tampoco puedes volver a la fiesta.
Puedes escuchar las risas y la música, pero te estás perdiendo el momento por estar vigilando la puerta.
Después de un rato, te das cuenta de que realmente quieres disfrutar la fiesta.
Así que tomas una decisión: Si Brian entra, que entre.
Vuelves a la fiesta, y como era de esperarse, Brian regresa.
Sigue siendo molesto, pero decides no prestarle toda tu atención.
Y notas algo interesante:
Incluso descubres que, aunque enterrado bajo su rudeza, tiene un sentido del humor extraño y logra hacer un par de amigos.
Entonces te preguntas:
¿Qué harás la próxima vez que haya una fiesta?
Brian representa la ansiedad.
Llega sin ser invitada, interfiere en nuestra vida y parece empeorar cuanto más tratamos de expulsarla.
Nuestra primera reacción suele ser luchar contra ella, querer que desaparezca a toda costa. Pero, al hacerlo, terminamos enfocándonos tanto en evitarla que dejamos de disfrutar la vida, igual que en la historia dejamos de disfrutar la fiesta.
Lo que nos propone esta metáfora es un cambio de perspectiva:
✔ Aceptar la ansiedad en lugar de luchar contra ella. No significa resignarse a sufrir, sino comprender que es una emoción normal.
✔ Dejar de enfocarnos en expulsarla. Cuanto más luchamos contra la ansiedad, más se intensifica.
✔ Seguir adelante con nuestra vida, aunque la ansiedad esté presente. Puedes sentir ansiedad y, aun así, disfrutar momentos importantes.
✔ Observarla con curiosidad. Así como descubrimos que Brian tenía un extraño sentido del humor, la ansiedad puede darnos información valiosa sobre nuestros miedos, necesidades o aspectos de nuestra vida que requieren atención.
Si la ansiedad aparece en tu día a día, aquí tienes algunas estrategias basadas en esta metáfora para manejarla de manera más saludable:
🔹 Reconócelo sin resistencia. En lugar de entrar en pánico o rechazar la ansiedad, dite a ti mismo: «Ah, aquí está otra vez. No me gusta, pero puedo manejarlo.»
🔹 No le des todo el control. Si evitas actividades importantes por miedo a sentir ansiedad, le estás dejando ganar terreno. En lugar de eso, sigue con tu vida a pesar de su presencia.
🔹 Deja que entre, pero no dejes que te absorba. No ignores la ansiedad, pero tampoco la conviertas en el centro de tu atención. Focalízate en lo que realmente importa.
🔹 Observa qué te quiere decir. A veces, la ansiedad aparece porque hay algo en tu vida que necesita ajustes. Pregúntate: «¿Qué me está mostrando sobre mis miedos, deseos o límites?»
La ansiedad no es nuestro enemigo, sino una parte natural de la experiencia humana.
Cuando dejamos de luchar contra ella y aprendemos a convivir con su presencia sin que nos controle, recuperamos el poder sobre nuestra vida.
Así que la próxima vez que la ansiedad toque tu puerta, recuerda la metáfora del Invitado Indeseado. No necesitas echarlo a la fuerza. Solo necesitas seguir disfrutando la fiesta.
💡 Si quieres leer más sobre estrategias para manejar la ansiedad, visita el resto de los artículos en mi blog.